Templo románico construido entre los siglos XII y XIII, declarado Monumento Histórico y Artístico en 1951.
Edificio con planta de cruz latina y ábside semicircular, con bóveda de cañón apuntado en la nave y el presbiterio y bóvedas de crucería reforzadas en los brazos del transepto. Combina arquitectura y decoración cisterciense con iconografía de la corriente lenguadociana y rasgos del arte clásico y bizantinizante. Destaca la portada, de gran riqueza escultórica, su espectacular rosetón, los capiteles de la cuenca absidal y las ménsulas de cornisa.
Església romànica de Sant Ramon, al Pla de Santa Maria (Alt Camp) |
La existencia de la iglesia ya consta en 1178 en el cartulario conocido como el Libro Blanco de Santes Creus y la bula de Celestino III, de 1194, mencionada como Ecclesiam Beatae Mariae de Plano, la cual revela al mismo tiempo la primitiva advocación, sustituida desde 1859 por la de san Ramón de Penyafort. El 1254, el Pla pasó al dominio de la Mitra tarraconense. A partir del 29 de enero de 1357, en tiempos del prelado Pedro de Clarasquí, hasta 1768, el arcediano de San Lorenzo tenía casa adosada al templo, que fue reutilizada más tarde como convento femenino.
El edificio sobresale por la simplicidad y pureza de líneas, con un gran equilibrio compositivo entre la estructura constructiva y la escultura. Combina soluciones arquitectónicas y decorativas cistercienses con temas iconográficos de la corriente lenguadociana y algunos rasgos del arte clásico y bizantinizante, pertenecientes a lo que se ha bautizado como Estilo 1200.
La puerta principal está formada por ocho columnas en degradación por banda y pilastras. Debemos destacar, ante todo, la portada, emparentada con la escuela de Lleida y los talleres tarraconenses, dominados por el gusto clasicista, además de un innegable bizantinismo. El tímpano sólo contiene dos franjas esculpidas: en el perfil curvo, simulando una arquivolta plana y en la base, creando un pseudodintel de notable interés iconográfico. Se asocian: tres pasajes de la Glorificación; San Pedro, vestido de obispo, con dos llaves y un libro; el centro es ocupado por la Maiestas Mariae; San José, al que acompañan los Reyes orientados por la estrella.
El rosetón es una réplica casi exacta, de menor tamaño, de la de Santes Creus.
Las cerca de ciento cincuenta ménsulas de cornisa ofrecen una nutrida variedad tipológica: cabezas masculinas y femeninas, fantásticas o de animales; personajes de medio cuerpo o enteros; vegetales; sencillos motivos geométricos y algún objeto aislado.
En cuanto a los soportes de la iglesia, los más importantes son los cercanos a la cuenca absidal: leones enfrentados, un cerdo con el morro en una escudilla, aves de cuellos enlazados, una tortuga, un dragón serpentiforme, esfinges y diversas escenas religiosas: series de santos enmarcados por círculos que toman personajes diminutos o entre vegetales; tres figuras de pie asimilables a Pedro y Pablo ante Nerón, como vemos también en Mosaico, Ripoll o en el Frontal de San Pedro de Bof; un sacerdote elevando las palmas ante el altar, en presencia de un monje, y, finalmente, tres episodios de la muerte del Bautista. La narración se inicia con el verdugo decapitándolo cuando emerge de una torre, bajo la morada, a la que acude la joven bailarina que presenta la cabeza sobre una bandeja. La tercera cara de la pilastra muestra Salomé, después de la danza, mimada por Herodes, en una evidente inversión temporal.
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